Terapia Adultos

La terapia es un proceso de aprendizaje, capacitación y empoderamiento del paciente para su desarrollo personal, mejoría de su estado emocional y autoestima. Logrando así un mayor bienestar personal y el desarrollo exitoso de su vida cotidiana.

El vinculo entre el terapeuta y el paciente es un elemento fundamental para la evolución de la terapia y el desarrollo de la confianza entre ambos. Terapeuta y paciente conforman un equipo con una misma hoja de ruta hacia la búsqueda y alcance de objetivos y la confrontación de los retos para alcanzarlos. La Investigación en Psicología clínica ha llevado al descubrimiento de la existencia de rutas emocionales que influyen o determinan el funcionamiento de nuestra mente. De este modo, ante una situación emocionalmente intensa, nuestro cerebro actúa activando una serie de neurotransmisores que nos sitúan en la emoción que sentimos, de carácter agradable o desagradable. Cuando esta emoción se nos enquista de forma negativa, se producen los traumas.

Para evitar que esto ocurra es importante generar desde la terapia, los recursos emocionales que nos ayuden a elaborar respuestas de afrontamiento y logro.

¿Cuál es la frecuencia con la que tengo que asistir?

Cada persona tiene sus propias necesidades y su propio ritmo de evolución. Tras la primera sesión, en función de las circunstancias propias del paciente, la psicóloga propondrá una frecuencia de terapia determinada. Generalmente la frecuencia inicial es mayor, puesto que la confianza y el vínculo con el terapeuta se gesta en esas primeras sesiones. Posteriormente esa frecuencia se va expandiendo para fomentar la propia autonomía e independencia del paciente. Es un elemento importante, la constancia del paciente en los aspectos trabajados en consulta, así como que él mismo, se sienta cómodo en la frecuencia de terapia acordada con la psicóloga.